1.10.1 Resolución
Hasta ahora, en este capítulo, hemos visto cómo se separa la naturaleza de los seres humanos, lo que posibilita el uso y abuso de nuestra madre tierra. Esta separación también es una inferiorización, y por eso, el capitalismo justifica la explotación de humanos (inferiorizados por raza, clase, y otros factores) y territorios. Al mismo tiempo, también es la causa del desequilibro entre el ‘dar’ y ‘recibir’: tomamos el alimento que provee la tierra pero no devolvemos ni nos aseguramos de que no sea destruida. El intercambio es desequilibrado, y así se crea la propiedad privada y la acumulación indiscriminada. En el resto de este capítulo veremos como existen posibilidades de dejar atrás esa separación, proveyendo de derechos a la naturaleza y elevando a nivel político los principios del Buen Vivir, creando opciones para que los humanos en la tierra sean un todo armonioso y equilibrado.