1.3 Conocimientos tradicionales ecológicos

Las culturas andinas no son las únicas culturas que conocían la importancia de entender la interconexión entre nuestra tierra y la vida humana. Los Mayas y los Aztecas, y muchas otras culturas de la península de Yucatán (actual Centroamérica) habían aprendido a convivir armoniosamente con su territorio. Para ello habían desarrollado conocimientos extensos sobre el suelo, la agricultura y modos de riego para alimentarse y convivir. Sin explotar su entorno, estas civilizaciones florecieron.

Solo después de la llegada de los europeos estas prácticas fueron discriminadas y relegadas a un segundo plano, priorizando la explotación minera y la agricultura extensiva. No sólo la producción masiva de alimentos desequilibra esta armonía de dar y recibir de la naturaleza, además, la producción de bienes y productos industriales destruyen este territorio con la contaminación de la tierra, el agua y el aire.

Sin embargo, esos conocimientos sobre los suelos, la fertilidad de la tierra, sobrevivieron a lo largo de los siglos de forma oral y práctica: aunque esos saberes fueron discriminados por su falta de “eficacia” y productividad para lucrar (acumular capital y amasar fortunas) no fueron abandonadas por los campesinos.

Hoy en día encontramos esa información tanto en las escrituras mayas precolombinas como en las reales prácticas de sus descendientes. Podemos ver cómo las personas cultivan en terrazas a lo largo de todo Latinoamérica como método tradicional y respetuoso de la Pachamama. Utilizan el agua para riego gracias a la ingeniería, fertilizantes no contaminantes y un equilibrio de cultivos que previene el desgaste de los suelos y balancea las invasiones de insectos o enfermedades de los cultivos.

Este conocimiento tradicional ecológico existe aunque su transmisión es práctica y oral en muchos lugares de latinoamérica.

Veremos a continuación un breve video sobre esta situación en México actual y Centroamérica en general.